Majestuosidad Reimaginada: Un Primer Vistazo a Bordo del Queen Anne
Sube a bordo del Queen Anne, la nueva reina de Cunard, donde la elegancia atemporal se encuentra con el lujo contemporáneo. Desde la alta cocina hasta el entretenimiento envolvente, descubre una nueva era de grandeza en alta mar.

Majestuosidad Reimaginada: Un Primer Vistazo a Bordo del Queen Anne
Desde el primer vistazo, el Queen Anne impone. Su livery clásico de Cunard despierta expectativas: elegancia, distinción y un guiño a la historia marítima. Pero este nuevo gigante de 114,188 toneladas no es solo una continuación: es una evolución.
Tuve la oportunidad de navegar en su viaje inaugural, del 3 al 10 de mayo de 2024, participando como conferencista invitado. No era un pasajero convencional, pero como viajero frecuente en todos los barcos Queen desde el mítico QE2, pude apreciar las novedades y los guiños familiares que definen esta flamante nave.
Una Entrada Triunfal
Nada más embarcar, el Queen Anne te envuelve en su ambiente refinado. Su Gran Lobby, que abarca tres cubiertas, es un espectáculo en sí mismo. Una escalera curva de acabado metálico desciende con elegancia, enmarcada por barandillas de vidrio. Al fondo, una obra artística celebra la herencia italiana del barco, con escenas venecianas y de la vida en el mar.
Este diseño circular se repite a lo largo del barco: pozos abiertos, escaleras en espiral, y una sensación constante de movimiento fluido que recuerda a interiores clásicos como los del QE2.
Espectáculo en Alta Mar
El Queen Anne es un homenaje a las artes escénicas. El Royal Court Theatre —con capacidad para 825 personas— ofrece espectáculos nocturnos, variedad de presentaciones y un ciclo de charlas culturales. Destacó particularmente la producción de Brief Encounter, con una escenografía impecable y proyecciones que envolvían al público.
Otro espacio fascinante es Noir, presentado en el íntimo y elegante Bright Lights Society. Desde el momento en que entras, los actores ya están en personaje, creando una atmósfera teatral única. Y para los más reservados, no hay de qué preocuparse: el elenco identifica cuidadosamente quién desea participar y quién prefiere observar.
El Mareel Spa es otro punto alto del viaje. Su hidro-piscina circular no supera a la legendaria del Queen Mary 2, pero sin duda sobrepasa a las de Queen Elizabeth y Queen Victoria. Junto al spa hay un gimnasio bien equipado, un área de spinning y el nuevo Wellness Studio en la cubierta 11, donde se imparten clases de yoga y estiramiento con vistas panorámicas.
Una cubierta más abajo, el Wellness Café ofrece platos saludables —en su mayoría de base vegetal— con un ambiente tranquilo y vistas al área del Pavilion. Este espacio, cubierto por un techo retráctil curvado, cuenta con piscina, jacuzzis, bar, grill y heladería. De día es ideal para relajarse, de noche se transforma para fiestas y cócteles.
Gastronomía Reinventada
La experiencia culinaria a bordo del Queen Anne mantiene el estilo Cunard, adaptado a los tiempos modernos. La elección de restaurante principal depende de la categoría de camarote. Los exclusivos Queens Grill y Princess Grill ofrecen servicio de un solo turno con acceso privado al Grills Lounge.
La Britannia Club Restaurant bordea el Gran Lobby en la cubierta 2, mientras que el impresionante Britannia Restaurant ocupa dos cubiertas en la popa. Su diseño contemporáneo incluye una pequeña escalera en espiral que recuerda al QE2 y paneles acrílicos inspirados en la RMS Queen Mary.
Entre las novedades culinarias se encuentran Tramonto (cocina mediterránea), Aranya (sabores de la India), Aji Wa (inspiración japonesa) y el moderno Sir Samuel’s Steakhouse, ideal para almuerzos y cenas. Aquí probé uno de mis postres favoritos del viaje: el trifle de jerez… ¡delicioso!
Tradición y Vanguardia
El Queen Anne mantiene espacios clásicos queridos por los viajeros frecuentes: el animado Golden Lion pub, el elegante Chart Room y el Commodore Club con vistas frontales que roban el aliento.
La Queens Room, sin embargo, ha generado opiniones divididas. Su diseño moderno y minimalista rompe con los salones de baile tradicionales de Cunard. Su pista curva y su espacio abierto a dos niveles ofrecen un nuevo enfoque para la danza en alta mar.
En el nivel superior hay tiendas, y aunque el Queen Anne conserva una biblioteca, se ha eliminado la librería, algo que algunos pasajeros nostálgicos echan en falta.
Un Refugio de Confort
Las cabinas han sido cuidadosamente actualizadas. Las mejoras más notables están en los baños de las categorías Britannia y Club Balcony: paredes revestidas en azulejo, duchas con mampara de vidrio y lavabos elegantes. Nada de cortinas de ducha aquí.
El diseño interior es moderno y cálido, con lámparas de estilo art déco, espejos estilizados, arte en las paredes y un sistema de entretenimiento interactivo. La atención al detalle y el servicio a bordo siguen siendo insuperables —mi asistente de camarote, Simba, fue simplemente excelente.
Algunas críticas recientes mencionan la falta de espacio de almacenamiento en las cabinas Britannia y Club Balcony, particularmente por la ausencia de cajones. Para un viaje de siete días fue más que suficiente, aunque en travesías más largas puede requerir algo de planificación.
Rumbo al Futuro
A punto de celebrar su 185º aniversario, Cunard ha lanzado con Queen Anne una propuesta audaz pero fiel a su espíritu. Una nave que respeta la tradición mientras abraza una visión contemporánea del lujo en el mar.
Sea que busques sofisticación, aventura o simplemente la magia de navegar, el Queen Anne ofrece una experiencia inolvidable. Personalmente, ya estoy contando los días para volver a bordo.